El 31 de agosto de aquel año, se inauguraba el autódromo de Maggiolo, de 3133.78 metros de extensión. Un dibujo muy trabado e ineresante, para que se luzcan las virtudes de los chasis. La consigna era a dos series.
En la primera de ellas, salieron adelante MARINCOVICH, COPELLO, PASCUALINI y GARCÍA VEIGA. Habían sido los más rápidos en la clasificación sabatina. TERNENGO desde atrás, largando 8°, le pondría condimento en duelos mano a mano.
MARINCOVICH, parecía encaminado a la victoria, con TERNENGO muy inspirado de escolta y Nasif, venían adelante promediando la serie. PAIRETTI luchaba con COPELLO por el cuarto lugar. De golpe MARINCOVICH a boxes, sin aceite y abandono.
Así que PAIRETTI, TERNENGO y Nasif iban delante. Los dos primeros iban rueda a rueda, dándose como en la guerra. Así se daría un final sensacional de bandera verde. PAIRETTI venía en punta, pero sus ímpetus juveniles lo llevaron a entrar demasiado fuerte en la última curva a pocos metros de la línea definitiva y hacer que el Nova Naranja (Liebre III) se fuera de pista. Oportunidad que el "nene" aprovechó para colarse y pasar primero por la llegada con PAIRETTI pegado atrás. Detrás de ellos COPELLO, que a último momento consiguió superar a Nasif.
La segunda serie, mostró en la largada misma a tres decididos TERNENGO-COPELLO-RUESCH, irse en punta. Pese a largar de atrás, inmediatamene MARINCOVICH se hacía del cuarto lugar. PAIRETTI 5°. MARINCOVICH ascendía superando a COPELLO y RUESCH. Le quedaba delante TERNENGO, un hueso duro de roer para él. La gran potencia del motor Ford en cada recta, le hacía diferencia. Pero esta lucha tuvo su precio, y el esfuerzo del hombre de Arrecifes por mantenerse cerca del de Rafaela, lo llevó a bloquear e irse afuera. Así perdió 8 lugares detrás del puntero. Ahí es cuando COPELLO sale a la caza del auto de Pronello. Y el que ya no soportó la exigencia fue el F-100 del Huayra. Así llegaba al final como ganandor el sanjuanino, escoltado por un PAIRETTI que infructuosamente buscó superarlo.
Ya estaba COPELLO primero en la suma de tiempos.
La tercera y última serie tenía como consigna salir a "matar o morir". Claro que esto se concretaría si ningún motor "desfallecía". Nadie rompió, ni perdió terreno por imponderables como en las series precedentes. Y el que hizo honor a su bien ganado apodo de "el maestro", fue Eduardo José COPELLO. Sacó esos segundos de más que tenía en la muñeca, y con eso le alcanzó para neutralizar la diferencia de performance que tenía el Nova III-Chevrolet de PAIRETTI. Ambos partieron como locos, para no perder centésima alguna en su duelo personal. El sanjuanino en punta en los primeros giros, pero iba siendo alcanzado por MARINCOVICH. Le cedía la punta en el parcial, la que no dejaría el de Arrecifes hasta el final. Se escapó en punta, pero la lucha estaba detrás suyo entre COPELLO-BRUNO-RUESCH-PAIRETTI-GRADASSI-ESTÉFANO. De todos ellos, se separaron tres autos que hacían el espectáculo de la serie: COPELLO-GRADASSI-PAIRETTI. Fugazmente el de Arrecifes pasó al segundo lugar, pero la tenacidad de COPELLO, perfecto en todas sus maniobras, volvieron a quebrar su línea de marcha. GRADASSI, aprovechando "chupadas", lograba que el motor Dodge, llegara al tercer lugar de la serie hasta el final. Al final MARINCOVICH veía la victoria en el parcial, escoltado por GRADASSI, y COPELLO, el ganador de la clasificación general con el Numa - Tornado, y también la punta en el primer campeonato argentino de Sport Prototipos.
*Siempre llegador Tulio RIVA. Su motor no es del nivel de los Tornado del equipo Shell y su auto por estar adecuado para TC, pesa 200 kg más. Pero en base a regularidad siempre está. Una mancha de aceite, le hizo entrar en trompo, retrasándolo en el marcador.
*Cifras que determinan lo trabado del circuito: los Ford probaron con la multiplicación 4.09, y era aún demasiado larga. Optaron finalmente por la 4.27. Los Torino en cambio -con mucho más torque en baja- se contentaban con la 3.31, pero los Ford aceleraban mucho más.
Saludos.
