El complemento del espectáculo fue una carrera de Turismo anexo "J", que se llevó todos los aplaudos del público por la lucha a muerte entre Fiat & Peugeot. Si bien el SP, era la categoría top del país, las luchas no duraban más allá de las cuatro o cinco vueltas. Es decir, mucha velocidad, pero amplias diferencias entre los participantes.
A pesar de ello, esta era la carrera hasta ese momento con mayor número de inscriptos de la categoría, e incluso en clasificación se vislumbraba paridad. El desafío era a tres series de 15 vueltas cada una, totalizando 45, por suma de tiempos. Largadas con más de 20 autos, que se afanaban en busca de la punta. Estaba claro hasta el momento que los potentes motores del SP, carecían de confiabilidad, y no duraban. De ahí la gran cantidad de roturas que terminaban con resultados tales como la destacada posición final de ARANZANA en la carrera anterior con un Torino 380 W, que girando mucho más lento que los verdaderos SP, pero con confiabilidad mecánica, arrimó bien arriba.
Primera serie:
MARINCOVICH y PAIRETTI habían demostrado en la clasificación una leve superioridad que les reportó los dos primeros lugares, aunque quedaba latente la potencialidad del Huayra y el Halcón, que en ningún momento habían podido clasificar en plenitud. En grilla de partida se produce otra incidencia porque nuevamente un auto de PRONELLO tenía problemas de despeje de altura. El de TERNENGO no superaba el gálibo que se trababa en los brazos delanteros de dirección. Así y todo el director de la prueba lo dejó largar esa primera serie. Largada la serie, PAIRETTI-MARINCOVICH se hicieron de las dos primeras posiciones con RUESCH detrás y luego PASCUALINI, y luego ESTÉFANO, con el auto de COPELLO (Alemania). Éste último venía mal, y en la segunda vuelta tenía problemas con el escape.
De atrás, el negro MONGUZZI venía "apilando" autos, hasta que la temperatura lo complicó. Adelante PASCUALINI apuraba, y con el Huayra superó a RUESCH, a MARINCOVICH en la 4° vuelta y finalmente a PAIRETTI. Así quedaba PASCUALINI-PAIRETTI-RUESCH, siendo el Ford el más rápido de todos. El toque de GRADASSI con VIDAL en el curvón, deja vidrios esparcidos en el curvón que le infringen una pinchadura el auto de PAIRETTI. Al final PASCUALINI pierde rendimiento en su motor, y RUESCH gana con comodidad la primera batería.
Segunda serie:
aqué es donde comenzaron las cosas "particulares". Instalados adelante en la grilla de partida los dos Ford azules de PRONELLO, se procedió a pasar el gálibo de madero, pero el mismo era arrastrado por los autos. Elementos de la suspensión-dirección, estaban por debajo de la altura permitida, y en razón de ello, la autoridad decidió hacerlos desalojar la pista.
Con todo en orden, y luego de una largada muy demorada con los pilotos con motores acelerados, y el pie sobre el embrague, se dió el vía libre y allá se fueron en punta MARTÍNEZ BOERO, seguido de RUESCH, PAULONI y URRUTI. Poco después y desde atrás, PAIRETTI tomó la punta con RUESCH de escolta, pero a sabiendas de su primer puesto absoluto en la general. Ya en el cuarto lugar con el auto de BORDEU se venía GRADASSI. En esos momentos, gracias a una cubierta, PAIRETTI le dejó nuevamente la punta a Cacho RUESCH. Pero GRADASSI desde atrás, se hizo de la punta, y lo escoltaría ESTÉFANO con el Numa de COPELLO. Tercero RUESCHU, luego MARTÍNEZ BOERO y Tullio RIVA.
Tercera serie:
En la largada de la última serie, los dos Ford otra vez estaban alineados, y frente a la tribuna oficial se pasó el cajoncito de madera para medir la altura de los autos. Ahora sí aprobaron, y fueron autorizados a correr.
Largando, el orden inicial fue PAIRETTI, URRUTI, RUESCH, TERNENGO y NASIF. Pero TERNENGO con el tremendo empuje del Huayra se ponía 2°, al cabo de las primeras vueltas, pero termina abandonando. De atrás venía empujando muy fuerte PASCUALINI, girando más rápido que el puntero, y cuando estaba luchando por el segundo lugar con MARINCOVICH, otro motor Ford out. Allí el ruso de Arrecifes, quedaba primero. GRADASSI también terciaba con los dos Chevrolet de punta, pero su abandono dejó la serie a pedir de los del moño, que cruzaban la meta con PAIRETTI-MARINCOVICH en ese orden, escoltados por el ganador de la jornada Carlos RUESCH, con su Numa II-Tornado.
En conclusión una carrera ganada con la cabeza por parte del cordobés RUESCH, que a sabiendas no tenía el auto más rápido, lo supo administrar de la mejor manera para llevarse la victoria.
